El proceso terapéutico es distinto en cada sesión.
La intensidad vibratoria que se genera en cada persona, depende fundamentalmente de la respuesta a sondeos energéticos que se realizan al comienzo de cada tratamiento.
Aquí se determina en que dimensión y profundidad se realiza este proceso de sincronización.
En esta etapa se alcanzan siete niveles vibratorios generando un trabajo en cuarta y quinta dimensión, previo desarrollo de reestructuración de ADN en planos más físicos.
El grado de apertura e impacto vivencial que genera cada sesión es único debido a que cada proceso de alineación efectuado repercute en todos los planos de existencia de la persona.